viernes, 30 de septiembre de 2011

De nada sirve arrepentirse...

Este es uno de los soliloquios que creamos en clase:

 Pensando en que fallé o mejor dicho ¿por qué fallé? ¿Por qué me dejé llevar por la ambición, la plata y la fama? Yo no tenía idea hasta dónde iba a llegar.
Abandoné todo lo que realmente era importante para mí, mis padres, mi esposa, que estaba embarazada, ¿Qué será de ellos? Los abanoné por irme a otro país, tener cosas materiales y plata. Ahora me doy cuenta que eso no es lo que me voy a llevar cuendo muera, si no los momentos que no pasé con lo que realmente era importante y necesario para ser feliz.
 Me acuerdo cuendo mi madre me llamaba todos los días para saber qué era de mí, yo sólo tuve tiempo para mandarle un mensaje y ponerle que estaba bien, que no se preocupara.
 Hasta que un día me llamó y la atendi, no era mi mejor día y le dije lo que pensaba y lo que siempre había tenido ganas de decirle pero no me animaba. En ese momento estaba ciego y pensé que estaba haciendo las cosas como debia. Le dije que se olvidara de mí, que estaba bien, muy bien con las cosas que realmente necesitaba y que me hacían feliz, que no necesitaba afecto ni un hijo para ser feliz. Lo que queria era un auto para correr y cumplir mi sueño. Mi madre me respondió que si era lo que yo quería, que lo hiciera, pero que me iba a arrepentir y ella iba a estar siempre para recibirme en Argentina, mi país.
 Tuve mi fama, mi propio dinero y mis autos gracias a correr en Fórmula 1. En ese tiempo estaba feliz o simplemente, me engañaba a mi mismo pensando que era feliz por tener cosas materiales.
 Cambié mi celular y así mis padres no me molestarían más. De mi hijo nunca supe nada, solamente mi madre me mandó un mensaje que decía que había nacido "Santiago" y que era igual a mí. Yo no le respondí.
 Pensar que tenía todo... hasta que un día lo perdí... ¿Quién se hubiera imaginado que por un choque iba a quedar así?... sin movimientos, sin sentir las piernas y sin dinero para poder pagar un lugar mejor para quedarme.
 Hoy, acostado en ésta camilla, pien so y digo ¿por qué?¿por qué fui tan cruel conmigo mismo y con las personas que quería?
 Ya no hay vuelta atrás, ya me equivoqué y ya no hay tiempo para arrepentirme, porque no hay nada más que hacer. Los médicos me dieron pocos meses, mi cuerpo ya no da más.
 Hoy pido perdón a Dios por no ser como debía, por no ser buena persona, y a mi familia MIL VECES, PERDÓN, aunque ya no sirve.-

Publicado por: Enredadas-

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