martes, 21 de junio de 2011

Soneto a la paloma que maté de niño

Todavía conservo entre las manos
el pequeño temblor de tu agonía
y tu cuerpo de luz, donde cabía
la forma de los aires provincianos.

Herido ante un aliento de manzanos
cayó tu corazón, y el mediodía
se quebró en tu garganta y en la mía
con dolores opuestos y lejanos.

Dejé tu muerte azul bajo un ciruelo.
El verano cruzaba por el cielo,
jinete de un delgado escalofrío.

La infancia se me fue con el asombro:
por eso, cuando en pájaros te nombro
tu corazón regresa con el mío.

Roberto Themis Speroni.

Publicado por Enredadas.         

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario nos interesa